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domingo, 15 de julio de 2012

un aporte para pensar nuestro lenguaje y el de la infancia tambien!


Las palabras TAMBIEN…
                           “Quisiéramos crear, tener sentido, sentir que obedecemos a algo digno. Mas nada nos sujeta. Todo vale. No somos quienes somos necesarios. Somos, sidos , siendo tiempo libre…transcurrimos sabiéndonos posibles…”
Gabriel Celaya.

¿Como pensar que las palabras están demás? ¿Que las palabras no importan?¿ Como pensar que el cuerpo no existe? ¿Como pensar que la imaginación y la creatividad están  así como para nada en este mundo? ¿Como prescindir de la música y la danza, de los abrazos y las miradas?
 Humanidad nos hace así: “toda junta”.
 Somos todo ello, y además las maravillosas y sobresalientes “palabras”. Nos diferencia del resto de los seres de este mundo.
Las palabras que nos sanan o  provocan guerras. Palabras ahí, hechas en símbolos, marcadas, huellas en la memoria individual y colectiva. Que relatan quienes somos, de donde éramos, hacia donde vamos.
Que nos dan aliento, que nos amenazan para seguir por donde vamos, o para cambiar de camino. Que nos acercan a los demás o nos alejan.
Símbolos, necesarios para vernos, para amarnos, para odiarnos. Cultura circulante nos guste o no. Fatigoso inconsciente que aparece como cataratas en muchas palabras que están ahí, para que alguien las oiga.
Muchos niños-as, o algunas culturas no quieren hablar, saben que no es necesario, que pueden comunicarse de otra manera, escucharon o aprendieron que las palabras lastiman, para que usarlas? Otros hablan sin parar…escucharon que nadie dice nada….aprendieron entonces: “ hay que decir mucho”, mucho, todo el tiempo…llenar el vacío insoportable...con palabras. Aunque no se diga nada.




Palabras que emergen de la más subterránea existencia incontrolable y amenaza a las mas seguras existencias… grupo de símbolos que arman lo que viene fluyendo sin control de lo dictado socialmente, dice y ahí queda… y que dice?  Quién lo entiende?  
Que quiso decir con lo que dijo?  Y así un mar de posibilidades se nos abre en nuestra existencia humana…o un charco de aguas podridas que se estanca infinitamente…circulando por donde no estaba planeado… Toda esa inmensa vida psíquica de cada quien, única y singular, que emerge…
Otros hacen y así dicen…su obra es la huella simbólica que otros traducen…y se dejan ser traducidos de infinitas maneras.
Los poetas andamos a tientas susurrando emociones con palabras, con metáforas para que acunen a quien lo lea, para que despierte a quien duerme, para que grite el grito de lo que nadie susurra, para salir de la hoja y sumar una huella en la arena....
Como podemos vivir sin palabras? Es como vivir sin arte, sin aire, sin agua, sin razón…
Todo en nosotros, nosotros en todo…unidad de sentidos donde todo es necesario.
Como jactarse de la prescindencia?
 Quien alejara de su existencia  al arte, las palabras, el cuerpo, el alma?
Unidad.
Si las disciplinas académicas y la razón dominante que tranquiliza las incertidumbres, insisten en separarnos con  lógicas binómicas, solo quedaremos pedazos circulantes de cultura tal como hemos llegado hasta aquí…con hostilidad y perdidas de lo que no se entiende y se esparce…o que se concentra en uno que ejerce control para sostener lo que se quiere escapar, lo que se mueve para otro lado…homeostasis acostumbrada e imprescindible de este sistema, que hace que aun el sol no se haya caído.
De lo que se ha hecho humo en la historia por mover sombras - el mal de siempre disfrazado con todas las cortinas que encuentra-, que nos enseña la soberbia de la certeza…de lo que esta bien y lo que se debe…para quedarnos tranquilos y no aceptar que todo es nada. Y poder soportar esa nada que transita por nosotros…así sin más…
Pero al menos lo hemos podido poner en palabras…en arte, en ciencia que maravilla de instrumentos que nos ha regalado el todo para  seguir existiendo…

La negatividad así seria una mera oposición a la positividad, ni siquiera una destitución, seria la marca de la incompletitud, una fisura, una dispersión…un caer para arriba…en movimiento entre ambas, que interpelaría a Newton. Y ahí estamos “apalabrando”…desplegando una modalidad discursiva"
                                                                 
******Y que es el despliegue discursivo? ¿Como son sus modalidades al momento de comprender a otro denominado niño-niña?

Muchos trabajos en psicología y otras ciencias humanas parten del reconocimiento de una distancia, una fractura entre la heterogeneidad de la actividad psíquica y la dimensión simbólica del lenguaje. La llamada “inmadurez” y el largo proceso de adquisición del lenguaje “abren esa brecha entre los sexual y lo verbal e impiden que el desfasaje entre ambos sea salvado alguna vez más que por una traducción siempre limitada y defectuosa”. (Kristeva 1998).
Se establece así una relación entre despliegue discursivo y un objeto extralingüístico  particular que es la pulsión, desencadenante del complejo proceso psíquico que se despliega como actividad de representación.(Green 1995)
Cuando analizamos el despliegue  del discurso de un niño en el espacio clínico, nos interrogamos  por su modalidad de apropiación singular de la oferta simbólica de la lengua, destinada a otorgarle sentido a su experiencia subjetiva.
Sabemos que el lenguaje como producto histórico social se presenta como un conjunto organizado de reglas y relaciones de significaciones compartidas, destinadas a hacer posible la comunicación y la transmisión de los recursos simbólicos indispensables para que un sujeto pueda desplegarse en su cultura.
Pero el niño no accede a la apropiación del lenguaje en forma neutra a partir de la construcción intelectual de conceptos, sino que lo hace a partir de lo que Kristeva(1998) describe como “comunicación pasional y amorosa” con aquellos adultos que le hablan desde mucho antes  de que pueda compartir ese “código” de interpretación. Pasional, porque nos remite al origen pulsional de toda elaboración y amorosa porque involucra el compromiso narcisista en la oferta de recursos simbólicos. Así en su modalidad de despliegue discursivo se desarrollara para el niño la tensión entre su experiencia subjetiva y la exigencia de mediación simbólica de sus afectos impuesta por esos adultos que sostienen una función simbólica primaria.
Por eso nuestro objeto de interrogación al momento de comprender al niño-a, no es el lenguaje en sentido lingüístico, sino los recursos psíquicos necesarios para que un niño se apropie de el, de modo que le permita desplegar simbólicamente la dramática de sus deseos, incluso asumiendo diversas modalidades de restricciones y síntomas. Entonces nos preguntamos: ¿quién habla?, ya que analizamos el despliegue discursivo de un sujeto  de en el que está comprometido la historia y la complejidad su constitución psíquica; ¿de qué habla? Porque los relatos elaborados manifiestan los sentidos con que expresa su dramática subjetiva, y ¿a quién le habla?, porque el discurso que analizamos es una elaboración particular realizada en un contexto caracterizada por una cuestión transferencial, que le otorga una significación diferencial a cualquier otro tipo de relato, no solo en lose contenidos   nos permite construir hipótesis acerca de los recursos simbólicos puestos en juego y las modalidades de elaboración en relación con su SER UNICO Y PARTICULAR.
Bibliografia:
Kristeva Julia (1998) Sentido y sinsentido de la revuelta. Literatura y psicoanálisis. Buenos Aires Eudeba.
Kerbrat-Orechini Catherine (1997) La enunciación. De la subjetividad en el lenguaje. Buenos Aires. Edicial.
Green André (1995) El lenguaje en el psicoanálisis.Bs As Amorrortu.


Escribió: R Vanesa Monserrat

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